BEE GEES. «ODESSA»: Edición cuarenta aniversario

(c) 2009 by J.C. Planells

 

Tal como cabía esperar tras la edición en 2006 de una caja conteniendo los tres primeros trabajos discográficos de los Bee Gees (véase "Los archivos de los Bee Gees" en este blog, 10 de enero de 2007), llega ahora la de Odessa, su cuarto disco, publicado en 1969, y que con motivo de su cuadragésimo aniversario ha sido objeto de una edición especial en tres CDs: dos recogiendo uno de ellos la versión mono y el otro la estéreo, y el tercero compuesto por demos, versiones alternativas de las canciones y dos temas inéditos que no fueron incluidos en el álbum.
Odessa es sin duda el trabajo más ambicioso de los tres hermanos Gibb. Fue en su día un disco doble, el cuarto que grababan desde su desembarco en Inglaterra. Lo de sacar discos dobles era por aquellos tiempos aún una rareza. Sólo los Beatles se habían atrevido en 1968. Los Rolling y los Kinks no sacarían un doble hasta mediados o entrados los años setenta; Pink Floyd se adelantó un poquito a estos dos… De ahí, pues, que el doble Odessa constituyera un acontecimiento y una pequeña sorpresa en aquellas fechas, más aún si se tiene en cuenta que los hermanos Gibb llevaban ya tres discos a sus espaldas desde 1967, además de otros temas aparecidos en single: su capacidad de creación de canciones era asombrosa (y eso sin contar sus grabaciones anteriores en Australia).
Como es sabido, Odessa fue un punto de inflexión en más de un sentido: significó su trabajo más ambicioso musicalmente y cuidado, pero, al mismo tiempo, propició la ruptura de los hermanos Gibb una vez terminado. De hecho, el grupo de cinco miembros –los tres Gibb, más Vince Melaunay y Colin Petersen como instrumentistas– quedó reducido a cuatro durante la etapa final de grabación: Vince participaría en algunos temas que se empezaron a grabar en 1968, y dejó el grupo por aburrimiento (los instrumentistas pintaban poco en un grupo eminentemente vocal); como castigo su nombre ni siquiera aparece en los créditos, aunque su trabajo permanece en canciones como "Marley Purt Drive", "Give your Best"  o "Whisper, Whisper". Por su parte, Petersen se vería obligado a hacer lo mismo tras la separación de los hermanos Gibb (separación que duraría apenas dos años, al ver que sus aportaciones en solitario –Robin por un lado, y Maurice y Barry como The Bee Gees convertido en dúo– no eran precisamente un acontecimiento). La reunificación del trío de hermanos con el álbum Two Years On dos años después significó apenas nada. Para volver a las listas de superventas, deberían esperar a casi finales de la década de 1970 y a la llegada de la música disco.
Pero vayamos a Odessa. Esta edición conmemorativa en estuche de lujo ofrece las 17 canciones de 1969 –algunas reediciones en CD de años atrás suprimieron uno de los tres temas sinfónicos que se incluyen–, además de dos inéditas y una versión de "Edison" titulada "Barbara came to stay" en el tercer CD (las versiones alternativas y los demos no pasan de curiosidad para completistas, y hay un demo de "Melody Fair" más bien espantoso). Cierto que los cuarenta años pasados se notan un poco, pero indudablemente hay temas en este disco que siguen conservando una fuerza y un vigor más que notables, y el contraste de este album con los tres discos anteriores es más que evidente: aquí prima la musicalidad ante todo y por encima de todo en lugar del amontonamiento de canciones. Dejando aparte la rareza –o no tanto, si recordamos que los hermanos Gibb ya habían incluido un tema desconcertante en su primer disco: "Every christian lion hearted man will show you"– de encontrar tres temas sinfónicos en un álbum de pop-rock, por muy melódico que sea en su base, así como canciones muy elaboradas musicalmente ("Odessa. City of the Black Sea", que abre el disco, y las dos siguientes), entre el resto hay muchas que siguen teniendo un atractivo innegable. Un tema como "Marley Purt Drive" (un "temazo", se diría hoy día) conserva toda su fuerza: es una canción que más de uno mataría por haberla firmado él. Sencilla en su apariencia, de ritmo firme –cortesía de Colin Petersen– y con ciertos tonos de "bluegrass", es de esas canciones que gustan y uno no sabe decir muy bien por qué. "Give your best", un tema muy pegadizo, con acompañamiento de banjo y violín, también con ciertas influencias folklóricas, conserva toda su frescura y alegría. "Melody Fair", la clásica canción romántica de los Gibb, sigue resultando acarameladamente agradable. Por el contrario, siempre me ha parecido "First of May", su gran hit del álbum –casi el único: este no era un álbum pensado para conseguir un hit tras otro–, excesivamente romántica; es una buena canción, sí, un gran éxito, pero me da la impresión de ser la réplica de Barry Gibb al "Yesterday" de los Beatles. Puede ser una mala impresión mía, pero creo que peca de falta de naturalidad, aun siendo la típica canción romántica de los Bee Gees, de esas que, principalmente, gustan a las fans. Prefiero la grandeza de "Lamplight", de Robin (y, de paso, no está de más señalar que fueron las discrepancias en torno a cuál de estos dos temas elegir como single de lanzamiento lo que motivó la ruptura de Robin y Barry); puede que "Lamplight" sea una canción algo exagerada –al hermano Barry se lo parecía, desde luego–, pero, en fin, en eso de la música más que en otra cosa todo es cuestión de gustos a veces muy personales. Del resto de canciones, se percibe que "Whisper, Whisper", "Suddenly", "Edison" y otras parecen tener una estructura algo similar, con lo cual tras oír la hasta ahora inédita "Nobody´s Someone", uno llega a la conclusión de que Barry Gibb, o él y sus hermanos, escriben casi siempre la misma canción romántica en busca de mejorarla. Pues teniendo esto en cuenta, no hubiera estado nada mal que el tema "Morning of my Life" –conocido también como "In the Morning"– hubiera aparecido aquí en lugar de en 1971 para introducir la película  Melody (máxime teniendo en cuenta que era una de las canciones compuestas en su época australiana): tiene mucho del espíritu de Odessa.
Aunque hayan pasado cuarenta años, éste sigue siendo un buen disco, el más ambicioso y cuidado de los hermanos Gibb, tanto antes de él como después. Lamentablemente, lo que vendría tras su disolución y reencuentro, y hasta el presente, no ofrece maravillas, aunque sí muy buenas canciones en todos y cada uno de sus álbumes (a veces más, a veces menos). No es que se les agotara la creatividad, pero los dos años de separación y desconcierto personal les pasarían factura, y en el mundo del pop-rock, donde las cosas cambiaban entonces –y cambian hoy– tan rápidamente, el estilo de los Gibb no supo amoldarse a los cambios, como creo que ya comenté en mi artículo de 2007. En breve, su separación motivada por las discrepancias en torno a qué canción elegir como promoción de Odessa es una muestra de cómo la gente del rock y del pop rock, por muy creativos e inspirados que sean en sus trabajos, no saben sobrellevar el éxito.
Historias familiares aparte, no hay duda de que Odessa, uno de los discos importantes de 1969, conserva aún buena parte de su atractivo. Como curiosidad, el film de 1971 Melody incluyó tres de sus temas en la banda sonora, entre otras canciones de los Bee Gees.

Nota: el vídeo que se acompaña corresponde a la escena del film "Melody" donde se oye la canción "Give your Best". No hay muchos vídeos elegibles con canciones extraídas de este doble álbum…, o al menos no las que yo hubiera querido poner: "Marley Purt Drive" existe en versiones posteriores en directo, por ejemplo.

 

 

Acerca de jcplanells3

Escritor. Barcelona, 1950. Véase en el epígrafe "bibliografía" de este blogzine la relación de mis trabajos publicados en papel: novelas, relatos y otros textos, así como en algunos sites de internet. Véase en el epígrafe "índices" del blog lo publicado en este blog, en los apartados de "artículos y ensayos" y "narrativa", desde diciembre de 2005.
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3 respuestas a BEE GEES. «ODESSA»: Edición cuarenta aniversario

  1. Ana dijo:

    ¿Y no es sorprendente que incluso los llegaran a confundir con The Beatles?Me ha encantado esta crónica.Ah, y el video es una "cucada".Un abrazo !!

  2. juan carlos dijo:

    Pues relativamente sorprendente, Ana. En su etapa australiana, habían grabado algún tema de los Beatles, y a mediados o así de los setenta, cantaron y actuaron junto con otra gente en un film inspirado en el álbum "Sargent Peppers", de los Beatles, que recogía mcuhas canciones de los Beatles. En realidad, la posible semejanza se limita básicamente a que las canciones románticas –o muchas de ellas– de los Bee Gees tiene alguna semejanza con las que componía Paul McCartney en los Beatles. Según leí una vez, Paul sentía bastante envidia de algunas de las canciones de los hermanos Gibb, y ellos a su vez adoraban a los Beatles. En el pop-rock de los sesenta, todo el mundo se influía de una manera u otra.

  3. Ana dijo:

    Totalmente de acuerdo en que se influian unos a otros. Lo de sorprendente lo comentaba porque una vez leí que en el Reino Unido se había pinchado discos de ellos pensando que eran de los Beatles… Algo que me pareció asombroso y que recordé al leer tu entrada.Al hilo de las influencias, otra curiosisdad que recuerdo haber leído fue como influyó el disco Pet Sounds de los Beach Boys en los Beatles y, sobre todo, en Paul McCartney, que reconoció que fue su gran inspiración mientras grababan Sargeant Pepper.Me gusta leer cosas que me hacen bucear en la memoria.Como siempre, un placer leerte.

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